Técnicas de relajación – Respiración Abdominal

La literatura y su amplio abanico de autores, nos ofrecen  una lista con diferentes técnicas de relajación.

En consulta generalmente enseñamos las herramientas de relajación que puedan resultar más beneficiosas para el paciente y que puedan ser aplicadas en un espacio corto de tiempo por el hecho de ser rápidas y más beneficiosas a primera vista. Hoy vamos a centrarnos en la respiración abdominal y vamos a aprender a llevarla a cabo con ciertas pautas que os voy a transmitir.

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¿Dónde llevarla a cabo?
Elementos a tener en cuenta

Debemos buscar un sitio tranquilo e intentar que la luz sea tenue. Debemos evitar posibles distracciones por lo que el sitio que escojamos debe estar alejado de sonidos de coches, de voces de gente, de aparatos electrónicos,…

En relación a la luz siempre es mejor que sea tenue por el hecho de que este tipo de luz, nos induce a estar relajados; a estar tranquilos.

También es importante que tengamos presente que la ropa que utilicemos sea cómoda; siempre un poco holgada para que no nos aprieta al respirar y no estemos pendiente de ella.  

Las primeras veces que realicemos el ejercicio es posible que no nos sintamos cómodos y que nuestra respiración se vuelva más agitada. Esto es normal por lo que deberemos seguir practicando para cambiar el ciclo de nuestra respiración ya que generalmente suele ser rápida y con el ejercicio intentaremos convertirla en más lenta.

Proceso de Respiración abdominal

A continuación describiremos el proceso que se debe llevar a cabo para realizar la respiración abdominal. Pensar en practicar dicho ejercicio varias veces para familiarizarse con el proceso.

  1. Ponerse boca arriba de manera cómoda en un primer momento (más adelante, una vez este practicado; se puede realizar sentados, de pie o incluso caminando). Debemos procurar estar cómodos realmente así que si detectamos que existe alguna zona de nuestro cuerpo que nos molesta, debemos buscar una solución.
  2. Ponemos las manos sobre el abdomen.
  3. Antes de empezar expulsa a fondo el aire de tus pulmones varias veces. Esto se realiza para vaciar bien el aire que tenemos y poder inspirar de manera más profunda.
  4. Una vez tengamos provocado este impulso de respirar profundamente; inspiraremos llevando el aire “hacia el abdomen” como si quisieras empujar hacia arriba las manos que tienes sobre él.
  5. Mientras más extiendas el diafragma y más profundo respires; más se “hinchará” tu vientre.
  6. Retén unos instantes el aire en tus pulmones (unos 4/5 segundos –siempre podemos irlos aumentando hasta llegar a 8 segundos-).
  7. Cuando sientas la necesidad de expulsar el aire, hazlo relajando el vientre. Este se desinflará y las manos irán bajando con él.
  8. Al final de la exhalación, empuja voluntariamente el diafragma hacia los pulmones para expulsar el resto de aire que queda.
  9. Quédate un instante con los pulmones vacíos, sintiendo como te vas relajando y en cuanto sientas el impulso de inspirar, hazlo profunda y lentamente volviendo a llenar tus pulmones mientras tu abdomen sube.   

 

A continuación os dejo un vídeo en el que podéis ver de manera práctica cómo se debe realizar este tipo de respiración.